A Pedro Francisco Lacenaire se le presentó la muerte muy temprano en la vida. Se le cruzó de repente cuando caminaba con su padre por las calles de Lyon hacia 1803, en esos años en los que rodaban por Francia las cabezas de todo aquel que se descuidara. Siendo ya un niño vivaz e inteligente, se encontró de frente con Madame Guillotina, aquella despiadada que se erguía insolente en el centro de la plaza Terreaux.
El banquete de sangre
Laurent Delarbre es tal vez uno de los chefs más reconocidos de Francia, quien fue amo y señor de la Torre de Plata, el restaurante más legendario de París, desde donde se tiene un panorama privilegiado de la capital. A menudo, Delarbre se yergue sobre la muralla de la torre y observa a París caer en las tinieblas; ve menguar en sus atardeceres a la isla San Luis, con sus calles fantasmales y las orillas del río llenarse de sombras.
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Los horripilantes hechos de la calle Beauregard
Cualquiera que se interne hoy en día en la calle Beauregard, o del “buen mirar”, en español, está lejos de imaginar lo que allí alguna vez se tramó. Nadie sospecharía que en esa tranquila calle de ingenuo nombre, algún día, Catherine Deshayes fabricó en su olla de hierro, y con mucho ardor, las poderosas pócimas, mejunjes y venenos que la hicieron famosa. [Leer más…] acerca de Los horripilantes hechos de la calle Beauregard
La historia de los roedores de París
Los roedores de París han tenido una larga y complicada historia la ciudad. Los ha visto llegar de Oriente con la peste bubónica, pulular por los puertos fluviales de la Edad Media, huir durante las hambrunas y hasta adueñarse de las cloacas en la modernidad.
Todos lo saben, las ratas son dueñas y señoras del subsuelo de París y en las noches salen en expedición a surtirse de todo tipo de alimentos y a escuchar todo tipo de improperios. Los invitamos a conocer la historia de los roedores de París. [Leer más…] acerca de La historia de los roedores de París
Del invierno en Rusia
Podría decirse que es la primera vez que el invierno llegó a Rusia. Parece ser que moscovitas y petersburgueses han visto con gran sorpresa esos copos de nieve que comenzaron a caer y no pararon hasta cubrir de blanco las dos capitales de la Federación Rusa. Un frío húmedo envolvió a Petersburgo hasta congelarnos a todos y crear un caos tan paradójico como tantas otras cosas en estas tierras.
El elefante del rey
Desde que, en 1668, el rey de Portugal le regaló un elefante africano al rey Luis XIV de Francia, se ha importunado muchas veces al elefante. La última ocasión en la que alguien perturbó su relativa calma fue en el 2013, cuando un hombre entró al Museo de Historia Natural de París con una motosierra para quitarle sus colmillos. De nada le sirvió al pobre elefante el cariño que en su momento le profesó