Laurent Delarbre es tal vez uno de los chefs más reconocidos de Francia, quien fue amo y señor de la Torre de Plata, el restaurante más legendario de París, desde donde se tiene un panorama privilegiado de la capital. A menudo, Delarbre se yergue sobre la muralla de la torre y observa a París caer en las tinieblas; ve menguar en sus atardeceres a la isla San Luis, con sus calles fantasmales y las orillas del río llenarse de sombras.
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Los horripilantes hechos de la calle Beauregard
Cualquiera que se interne hoy en día en la calle Beauregard, o del “buen mirar”, en español, está lejos de imaginar lo que allí alguna vez se tramó. Nadie sospecharía que en esa tranquila calle de ingenuo nombre, algún día, Catherine Deshayes fabricó en su olla de hierro, y con mucho ardor, las poderosas pócimas, mejunjes y venenos que la hicieron famosa. [Leer más…] acerca de Los horripilantes hechos de la calle Beauregard
La historia de los roedores de París
Los roedores de París han tenido una larga y complicada historia la ciudad. Los ha visto llegar de Oriente con la peste bubónica, pulular por los puertos fluviales de la Edad Media, huir durante las hambrunas y hasta adueñarse de las cloacas en la modernidad.
Todos lo saben, las ratas son dueñas y señoras del subsuelo de París y en las noches salen en expedición a surtirse de todo tipo de alimentos y a escuchar todo tipo de improperios. Los invitamos a conocer la historia de los roedores de París. [Leer más…] acerca de La historia de los roedores de París
El elefante del rey
Desde que, en 1668, el rey de Portugal le regaló un elefante africano al rey Luis XIV de Francia, se ha importunado muchas veces al elefante. La última ocasión en la que alguien perturbó su relativa calma fue en el 2013, cuando un hombre entró al Museo de Historia Natural de París con una motosierra para quitarle sus colmillos. De nada le sirvió al pobre elefante el cariño que en su momento le profesó
En las entrañas de París
El vientre de París está lleno de huecos, como el de un queso gruyere. Lo recorren varios ríos y kilómetros de cables, tubos y huesos. Si rebanáramos a la ciudad por capas y fuéramos mostrando tajada tras tajada, veríamos cómo la vida en el subsuelo tiene sus propias leyes, su historia y sus personajes. Cuenta, por ejemplo, con avenidas y calles en sus cloacas donde se lee el número de cada casa de la ciudad y con interminables túneles en sus catacumbas.
La cita celestial de Magdalena
Dominique Lesbros narra, en uno de sus cuentos, una particular historia sobre la iglesia de San Pablo en París. Esta anécdota revela la picardía de las historias populares francesas, pues cuenta la vida de una devota en el siglo XVII y su encuentro poco ortodoxo con San Pablo. Esto es lo que se sabe de Magdalena y su cita celestial: